jueves, 25 de julio de 2013

Practicando la lectura

Sin lugar a dudas, uno de los grandes huesos de la lengua china en general es su sistema de escritura. Cuánta gente me habrá dicho a lo largo de los años que estoy loco por aprender chino, que con esos dibujitos raros debe ser un idioma tremendamente complicado. No negaré que la escritura y reconocimiento de los caracteres chinos es uno de los pilares fundamentales en el aprendizaje de esta milenaria lengua, pero no es ni de lejos el más difícil.

Mucha gente olvida que el chino es una lengua monosilábica en su mayor parte, con fonemas de pronunciación escandalosamente parecida, cuya única diferencia es la posición de la lengua dentro de la boca o el tono con el que pronunciemos esa palabra. ¡Ay, los tonos! Ese es, para mí, el verdadero hueso del chino mandarín (ya no hablemos del cantonés, por ejemplo, que tiene cinco tonos más). Cuántas veces habré pretendido en clase decir una cosa y el profesor o profesora no me ha entendido (o ha entendido lo contrario, que es peor), porque he pronunciado la palabra con el tono equivocado.

La escritura china es un mundo por sí mismo. Su escritura está considerada un arte en la civilización china. Unas cuantas horas al día, mucha imaginación y capacidad para identificar y relacionar conceptos son sin duda nuestros mejores aliados. Los caracteres, como a estas alturas todo el mundo sabe, surgieron de representaciones pictóricas de la realidad. Cuando los chinos antiguos (y hablamos del año 2500 a.C., aproximadamente) querían escribir "pájaro", dibujaban un pájaro, sin mayor complicación. Y lo mismo para conceptos como fuego, lluvia, montaña, río, etc. La cosa se complicaba cuando lo que querían decir no tenía representación en la realidad, como "seguro", por ejemplo. Entonces los chinos recurrían a la asociación de conceptos. Para "seguro", que es nuestro ejemplo, dibujaron una mujer debajo de un techo. Y es que, ¿qué representa mejor a la seguridad que tener a tu mujer en casa, a salvo?

Con el paso de los siglos los trazos se han ido estilizando y simplificando. Hace falta un ejercicio de visualización importante para reconocer el dibujito de "río" o "montaña", pero siguen ahí. También siguen ahí las asociaciones que han ido haciendo los chinos a lo largo de la historia para describir el mundo que les rodeaba. Eso es lo maravilloso de la lengua china: cada palabra te cuenta una historia que se inventó alguien que vivió siglos antes que tú.

Si sois observadores, encontraréis mi avatar entre estos caracteres


Como ya he dicho, el aprendizaje de esta maravillosa escritura solo se consigue con muchas horas de estudio y dedicación. El objetivo de esta entrada es presentaros una serie de libros que me ayudaron muchísimo a asentar vocabulario (y caracteres, por tanto) y a aprender un buen puñado de nuevas palabras. Estoy seguro de que no habría aprobado el HSK4 (nivel B2 en el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas) el pasado mayo sin la ayuda de estos simpáticos libritos. Me refiero a los Graded Chinese Reader.



La autora, Shĭ Jì (史迹), enseñó chino mandarín durante muchos años en la Universidad de Venecia. Allí se dio cuenta que sin materiales apropiados para la lectura progresiva del estudiante, la escritura se atascaba ya desde los primeros niveles. Así pues se dedicó a seleccionar historias cortas de los escritores chinos contemporáneos más famosos y las adaptó a un lenguaje asequible para el estudiante de nivel intermedio. ¿Qué quiere decir lenguaje asequible? Quiere decir que las palabras más difíciles las suele definir al margen, repite una y otra vez los mismos conceptos de manera diferente para entender el texto sin necesidad de diccionarios y al final de cada historia incluye diez preguntas para responder y ver si realmente hemos comprendido la historia. Entre los escritores seleccionados encontramos a autores tan famosos como Xú Kūn (徐坤) o el mismísimo Mò Yán (莫言), ganador del Nobel de Literatura de 2012.

Lo mejor de estos libros y, sin duda, lo más didáctico, es que están escritos tanto en caracteres (simplificados) como en pīnyīn. Además, con cada libro se nos adjunta una "rejilla" con la que tapar todas las líneas de pīnyīn y ver si de verdad sabemos reconocer los caracteres, y un CD con todas las historias grabadas por hablantes nativos. También, al inicio de cada historia se nos plantea una sinopsis en inglés y, al final, una breve biografía del autor.




Yo me los compré hace unos meses en la Librería Soriano de Valencia, por 11,95€ cada uno. Sé de buena tinta que se pueden encontrar fácilmente en Internet por el mismo precio, más gastos de envío, ya que la editorial que los distribuye es Sinolingua, una de las editoriales de libros educativos en chino más importantes.

Si ya tenéis un nivel más avanzado o os habéis leído de cabo a rabo los Graded Chinese Reader (sé que hay otras series de libros similares, pero tengo entendida que esta es la mejor), podéis probar con literatura juvenil. Es más fácil que la adulta, pero mucho más complicada que estos libros para estudiantes. Yo encontré, en la misma librería, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban en chino. Sin duda es lo mejor, ya que tengo la versión española para comparar, conozco la historia de antemano y es una curiosidad el poder decir "yo me leí Harry Potter en chino".

Menuda frikez


¡Saludos!

domingo, 14 de julio de 2013

Chángchūn de cerca

Veamos un poco de cerca esta bonita ciudad, que será mi hogar durante el próximo año. Como podréis ver a continuación, la "ciudad primaveral del norte", como la conocen los chinos, esconde curiosidades de lo más estrambótico, como por ejemplo que fue la capital de un estado títere japonés durante trece años y que es el Hollywood chino... ¿Changchullywood?

Chángchūn (rojo) en Jílín (naranja)
Chángchūn (长春), con sus 7,6 millones de habitantes, es la capital y ciudad más poblada de la provincia de Jílín (吉林), en el noreste de China. Su nombre significa, literalmente, "larga primavera", algo muy conveniente si lo que se quiere es atraer colonos (o ilusos que quieran estudiar chino). Es conocida como la Ciudad del Motor, por su potente industria automovilística.

La ciudad fue fundada por un Real Decreto durante la Dinastía Qing, en el siglo XVIII, como una ciudad fronteriza y de comercio. A principios de 1800, dada la masificación de provincias como Shāndōng (山东) o Hébĕi (河北), la ciudad acogió muchos colonos, aumentando así su importancia. A principios del siglo XX el Imperio Ruso construyó un ferrocarril que conectaba la ciudad con el resto de capitales de Manchuria, completando así su importancia en la región.

Cuando los japoneses invadieron China en 1932, fundaron un estado títere llamado Manchukuo (o país de los manchúes, en japonés), cuya capital era, cómo no, Chángchūn. De esta época es de la que más vestigios quedan. todavía se mantienen en pie muchísimos edificios construidos por los japoneses, así como el Palacio del Emperador Títere, donde vivió Puyi (sí, aquel por el que se montó todo el pifostio de la guerra civil china en 1914). La ciudad fue liberada por el Ejército Rojo soviético en 1945 y, un año más tarde, el Kuomintang echó a los rusos.

El gobierno de la República Popular designó a Chángchūn como la capital de la provincia y planificó su industria automovilística y cinematográfica... porque sí, amigos, resulta que Chángchūn fue el Hollywood chino durante la época más comunista del país. De hecho, desde 1992 se celebra el Changchun Film Festival, el festival de cine más importante del país.

Cambiando de tema, en Chángchūn hace un frío del carajo refresca. Como se puede apreciar en la tabla de abajo, durante cinco meses al año el termómetro no supera los cero grados. Esto se debe a que la ciudad se sitúa en la planicie Manchuriana y, como otras ciudades siberianas tales como Harbin, Shenyang o la mismísima Vladivostok, tiene inviernos muy largos y muy muy fríos.


En la gastronomía de la ciudad abundan las carnes de caza, los pollos aderezados con Ginseng (toda una delicatessen de la zona) y cualquier asado que vaya aderezado con un buen chorretón de alcohol... ya se sabe, por el frío y esas cosas. Además, es normal encontrar un montón de restaurantes de comida coreana debido a la población coreana que reside en la ciudad, la mayoría refugiados de la Guerra de Corea.

A continuación, debido a la más que comprensible falta de fotos propias de la ciudad, incluyo algunas de las que más me han gustado de lo que según Google es Chángchūn. Podemos apreciar perfectamente que es una ciudad china avanzada y próspera, al estilo chino. Incluyo también una foto de lo que parece ser un ¿kremlin? hecho de nieve. No subo más fotos de paisajes nevados porque ya os hartaréis cuando esté allí.





¡¡Saludos!!

sábado, 13 de julio de 2013

Al fin lo conseguí

Tras más de un año sin pasarme por aquí, la espera ha merecido la pena: ME VOY A CHINA. Más concretamente, a 长春 (Chángchūn), en la provincia de 吉林 (Jílín). El Instituto Confucio me ha concedido una beca para estudiar chino un curso completo, de septiembre a julio. Estoy muy nervioso.

El próximo martes 27 de agosto saldré por la mañana de Valencia y, veinticuatro horas más tarde, aterrizaré en Changchun. Tras 9.300 kilómetros de viaje (9.277,2 para ser exactos) y tres aviones diferentes, habré llegado al fin a China. Habré conseguido algo con lo que llevo soñando desde que tengo 12 años. He de reconocer que por aquel entonces soñaba con ir de viaje a Pekín durante un par de semanas y acompañado de mis padres, pero esto es mucho más divertido.

Pinchad en la imagen para hacerla más grande
En estos 45 días que me quedan de estar en España todo van a ser preparativos, despedidas, momentos inolvidables. Trataré de exprimir al máximo todas las experiencias que me queden, ya que va a ser un año  muy largo, sin posibilidad de volver, sin posibilidad de hablar con quien necesite siempre que quiera (por la diferencia horaria). Va a ser un año feliz y amargo. Pero un año que me va a conformar mi futuro profesional. Todas las lágrimas y tiritones (menudo frío voy a pasar) me permitirán trabajar el resto de mi vida, me permitirá tener una buena vida y darle una buena vida a las personas que me importan. Eso es lo único que me interesa.

En futuras entradas (prometo mantener al día el blog a partir de ahora) explicaré cómo es Chángchūn y su región, Manchuria. Explicaré los preparativos que estoy haciendo para el viaje. Pero no olvidaré el objetivo del blog, así que continuaré con entradas culturales y de utilidad para el estudiante de chino.

Deseadme suerte.